Un escalofrío gélido me recorre la columna vertebral hacia abajo,
veloz como un rayo,
lanzándome contra una realidad rígida y cruda
que no sé absorber
y me desestabiliza
por lo que me enojo;
me quedo tomando tierra como antena a partir de mis pies,
anclados, enraizados, me siento de piedra marmórea e inerte.
Inmediatamente y sin pausa
ese rayo sube como una especie de magma candente
en forma de erupción ,
oleada tras oleada de calor.
Noto subir la temperatura de mi cuerpo y el avance del volcán en mí.
Me quema los pulmones.
Me enciende las mejillas.
Me palpitan los parpados y me pitan los oídos o quizá se me han taponado de golpe, no lo sé.
Lo veo todo rojo.
Uno...
Mis músculo como si de un torno medieval se tratara, se han agarrotado sobre si mismos,como un coletero retorcido.
Tengo hormiguitas en las puntas de los dedos y en las palmas de las manos,
que me sudan y que me descubro ahora flexionando
ahora extendiendo los dedos
formando un puño de nuevo
y de nuevo abriendo la mano
Dos...
Todos y cada uno de mis nervios parece lanzar esquirlas metálicas
todo me dice : ¡No te muevas!¡No hagas nada!
pero me siento hervir, en ebullición ,
me laten las sienes, los párpados ;
¡No hagas nada! ¡Pero no reaccionar es casi morir!
Tengo el cuello hinchado de tanto boquear,
Me falta el aire.
Tres...
Me descubro moviéndome casi sin mi voluntad
o sin que yo tenga que ver.
Oh,no ahí vamos otra vez.
Cuando no veo.
Uno...
Cuando siento demasiado.
Si pierdo el control,
perderé toda noción
Uno, dos...
y no discerniré
no quiero eso
no.
Uno...
La boca me sabe a óxido .
En mi intento de destrozar unos dientes contra otros me he mordido la boca por dentro.
Uno,
no consigo enfocar la vista;
Dos...
a la mierda...
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