sábado, 28 de marzo de 2020

Martes 17, 5 dia

7,22 am
Ayer estaba demasiado exhausta como para continuar. Pasar el fin de semana sin gas ha supuesto no comer y no ducharse en dos días. Ayer con las últimas líneas se te cerraban los ojos (y hoy no estás mucho mejor) Como dije ayer, he visto distopías desde que era niña.
No me dejo llevar por la histeria y procuro no arramblar con todo cuando salgo. Hoy es la madrugada del 4 día de encierro. Diría que solo tengo que encontrar pienso para Pipo y ya estaré abastecida.
Hasta ahora no he explicado que estamos en estado de alarma y cuarentena. No sólo están todos los comercios cerrados es que se nos obliga a estar en casa. Estás encerrada, tu y todos. Por cuarentena, por ley, os han recluido a todos en vuestras casas, para evitar que se propague el virus. Parece ciencia ficción pero no lo es. Lo estamos viviendo. Estos días la policía se asegura de que si salimos de casa sea para lo mínimo (comprar, ir al estanco o, cosas así) y como mucho, los que tenemos perro, podemos sacarlo a dar una vuelta, con muchísimo cuidado de no juntarnos entre nosotros ni con nadie. Ayer había un coche de policía delante de mi casa pidiendo por altavoz que la gente regresara a sus hogares.
La epidemia es mundial y afectará de manera muy muy severa a la economía. Los pequeños negocios no aguantarán y la crisis económica que nos va a quedar después de la pandemia da miedo, mucho miedo. Da miedo porque no es un virus, no es quedarse en casa, es un país entero paralizado, gente que no puede trabajar pero sí tiene que pagar y si los suministros fallan, todo encarecerá y la pobreza y la miseria que preveo tras el confinamiento, me da la sensación de que llegarán y será para largo.
Ahora es martes 17, son las 8. Una buena hora para bajar con el perro que por cierto se ha subido a la cama esta noche y no me ha dejado ni dormir bien. Me caigo de sueño y me toca el diazepam de la mañana pero tengo que espabilarme.Estos días son de película de terror. Va la policía controlando que la gente no salga de sus casas, esto parece el principio de V de Vendetta.
Por cansada que esté me planteo sacar al perro, porque al ser tan pronto, nadie se entera de si el paseo es más largo o más corto, pero estoy molida nada más levantarme. He dormido poco y mal y salir se me hace un mundo. Aún así tengo curiosidad por ver cómo va llevando esto el resto del mundo.

Acabo de salir a la calle con Pipo. Me he cruzado con un solo coche, era de la policía. En la calle he visto dos personas, un barrendero trabajando y otra persona sacando al perro. Son las 8.30am, me he tomado mi diazepam y voy a intentar descansar un poco o no podré mantener la coherencia.
10,42am
Esto del aislamiento en casa es salvaje sobre todo para personas como yo. Tengo trastorno bipolar, por mi como si quieren decir que como margaritas pero por naturaleza soy una persona nerviosa, inquieta, social… y estar confinada en casa sin ver ni hablar con nadie se te hace un mundo. Me pregunto y veo a través de mis amigos cómo vamos a sobrellevar esto la gente sensible y con algún tipo de trastorno.
Hoy llueve, hace un día ideal para quedarse en casa en realidad. Me obsesiona la falta de pienso para Pipo y que pueda ser difícil abastecerse de ello, pero siempre tengo algo de comida para él, lo que me da cierto margen. Salir saldré, con la excusa que sea. A por azúcar o papel higiénico, o sacaré un poquito a Pipo. Pero cada vez que sales a la calle, asusta. No hay NADIE. Está absolutamente todo cerrado. La gente pasea con mascarilla. Trato de salir en silencio, sin que nadie me vea o se fije en mí, porque a pesar de que en mis paseos observo todas las normas de seguridad (procuro evitar aglomeraciones, mantengo la distancia con el resto de personas ; ni quiero contagiarme ni ser foco de contagio; mis vecinos son mayores, los principales afectados) dicho pues que aunque observo todas las medidas de seguridad, no me da ninguna seguridad este estado/Estado. Con la policía vigilando las calles para asegurarse de que nadie se salte el aislamiento. Es horrible. Por otro lado, la situación política mundial es tensa y no paran de esparcirse bulos y fake news. Leí que estamos recibiendo tropas estadounidenses en el norte de Europa debido a la tensión con Rusia, que con una política tajante se blindó desde el principio del virus. Es el reino de la desinformación y los conspiranoicos ya formulan sus teorías. Hasta a mí me resulta fácil creer en experimentos (o ataques) a nivel bacteriológico.
Esto no es un cuento, ni un simulacro ni estás alucinando.
Hoy estás en tu casa encerrada con Pipo, tu perro, que es grande y lo lleva como puede, está hecho un campeón. Y suerte que está contigo ya que así tienes un amigo. Es más, estás encerrada con un desconocido que no sale de su habitación ni para mear. Le alquilas la habitación grande a una pareja pero ella se fue unos días fuera, explotó la pandemia y te has quedado a solas con él. No parece mala persona y hasta ahora os habéis llevado bien pero no es tu amigo. No es la situación ideal.
Estos días los teléfonos echan humo. Estos días y por una vez las redes sirven para algo. Te cuesta mucho recordar porque tienes muchísima información que volcar, pero poner esto por escrito es más duro de lo que parece ya que me obliga a concentrarme en ello en lugar de evadirme, pero sigo firme con que es necesario. Los teléfonos arden. Nos llamamos, nos washappeamos, nos decimos cosas constantemente los unos a los otros.
La gente que hace arte está subiendo cosas de manera gratuita, pinchando, tocando entreteniéndose y entreteniendo a los demás. Hasta tú estás pensando ya que vas a aportar. Todo el mundo retransmite en abierto y directo así nos vemos y apoyamos unos a otros. Ayer aquí, se salió a los balcones a aplaudir a los sanitarios alguien puso el himno de Valencia y sobreviviré de Mónica Naranjo. Eso sí ha sido una sorpresa. Por un momento la gente ayudándose como puede. De momento. Se ha visto ya la cara más oscura con los saqueos del sábado. Los pobres trabajadores de supermercados recordarán ese día toda la vida. La gente pegándose por papel higiénico, empujones, gritos, el punto apocalipsis vaya.
Y eso fue antes del confinamiento. Como estás acostumbrada a la precariedad no te preocupa (excepto que no encuentre pienso que mato a alguien)
Te preocupa más tu estado físico y mental. El mío y el del resto. Porque debido a mis cosas de alguna manera he vivido situaciones excepcionales que no todo el mundo ha vivido, así que con resignación trato de administrarme lo mejor posible pero solo vamos por el 4r día de encierro. De momento no lo llevo tan mal, hablo con la gente, tengo cosas que hacer y las redes sociales por una vez están jugando un papel importante de verdad, ayudándonos a sentirnos más conectados.
Por ahora suelto el boli. Demasiada realidad a la que enfrentarme. Transcribir todo esto me está suponiendo más esfuerzo mental del que puede parecer. Me asomaré al balcón, hablaré con alguien (justo acaba de sonar el teléfono), le haré caso a Pipo y luego ya veré. Tengo que limpiar y ordenar toda la casa. Tengo que limpiarme y ordenarme yo. Tengo mil proyectos artísticos, este entre ellos, en los que me voy a volcar para no aburrirme y a lo mejor hasta retransmito. Como he dicho transcribir esto me resulta duro. Volveré a ello cuando sienta que puedo mantener la coherencia. Vuelvo a sentirme exhausta (atrapada quizá) y aunque considero necesario esto, concentrarme en las letras y en esta realidad es duro. Paro. Volveré en un rato.
4:19
Esto es increíble. Acabo de cruzarme por milímetros con mi compañero de piso. No solo es que no salga, es que no sale si estoy yo. He parado, he hablado con mi amigo P. y he dormido algo más con el diazepam de medio día, ese es el rato que mi compañero de piso aprovecha para salir un poco. Ahora oigo que ha salido, pero supongo que de eso trata esta cuarentena, de vernos poco y menos.
6:18 pm
Empieza a preocuparme la escasez de papel donde escribir. X. está pinchando en directo a través de Instagram y yo voy a empezar a transmitir en directo mientras pinto, supongo que las zapatillas para Harley Quinn, o las máscaras, aun no lo sé. Queda un rato para salir a los balcones. Voy a divertirme. Seguiré mañana. Me he ganado un poco de descanso.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Martes 24 (12 días)

He estado unos días sin escribir en parte por cansancio y en parte por dolor. Me ha salido una flema enorme en un lado de la cara. Lo gracioso es que primero me salió en un lado y conseguí que se me fuera, pero al día siguiente, me había pasado al otro lado de la cara. Con lo que llevo varios días, jodida además de recluida. Y espero que sea (y parece que es un flemón) ya que se va desinflando poco a poco y el dolor baja. Espero sinceramente que sea eso y no una caries cerca del nervio es uno de los peores dolores que conozco. De momento me cuido lo que puedo. Han alargado la situación de alarma hasta el 11 de abril. Nadie sabe cuanto durará. Necesito a mi gente más que nunca pero con algunos siento rechazo, otros están hechos polvo y nos estamos derrumbando poco a poco. Resulta que es cierto lo del desembarco de tropas de EEUU por el norte de Europa. Tendré que ponerme a ver las noticias aunque lo odio. Los dientes me duelen como el infierno. Me voy a tomar algo e intentaré descansar un poco más. Bienvenidos al fin de la era del humano.
10.30am,
Me acabo de despertar del primer sueño de la mañana, tras el primer diazepam. Hace un tiempo de mil demonios. Todo está gris, oscurecido como con una bruma y el viento corre desbocado. Aquí en Valencia, eso era un tiempo normal para fallas, hace muchos, muchos años. Realmente parece que la Tierra está sanando a toda velocidad sin nosotros de por medio. Han decretado ya prorrogar la cuarentena, estamos a 24 y hasta el 11 de abril, como poco, nadie sale de su casa. Se oyen sirenas de vez en cuando, de ambulancias y policía y da miedo salir, porque ahora hay gente grabando y denunciando a los que se saltan la cuarentena. De momento, en el cabañal se observan las normas de seguridad pero la gente aún así está nerviosa. Esta mañana me he cruzado con un chico y se ha parado para que no nos acercáramos al cruzarnos. 
Acabo de emitir en directo y quizá no es mucha gente la que me ve, pero emitiré todas las tardes de manera ininterrumpida. Es mi manera de pasar un rato con mis amigos. Quizá no es físicamente pero existe. Quizás solo me ve una persona pero le sirve a alguien para algo. Con eso me basta. Quiero hacer más cosas pero tengo fuerzas limitadas y no sé hasta donde puedo aguantar. Hoy he conseguido agua y leche, seguiré informando poco a poco, como pueda. Mañana cerraré este texto y publicaré. 

Diario de una hecatombe. 3r

3 día de encierro. 

PREMISA

Más o menos hace un par de semanas se empezó a hablar de un virus, el Covid19. (también conocido como el corona virus). Yo vivo bastante aislada de la sociedad y no me entero de nada pero haciendo algo de memoria, el jueves uno de mis amantes me dijo: “igual se retrasan las fallas” (son del 15 al 19) recuerdo que flipé.
El viernes salto la alarma por redes, y sin más viernes y sábado ya estaba la gente saqueando los supermercados, aunque aún se paga. Una histeria colectiva brutal, cosa que por otro lado, no te ha sorprendido en absoluto. Lo llevo diciendo unos días, tengo la sensación de haber crecido esperando este momento. Han decretado el estado de alarma. Esto es real, no un micro relato. Están todos los comercios cerrados, solo permiten que abran los de abastecimiento (mercados, farmacias, estancos…) Digo que toda mi vida me había preparado para esto, demasiada ciencia ficción, demasiado cyberpunk y demasiados datos obvios. De alguna manera siempre sentí que una tercera guerra mundial, el cambio climático, los estragos que seguimos causando en la naturaleza la desmedida distancia entre ciencia, tecnología y ética, redes sociales usadas por y para el marketing y el control del mercado… no sé, sentía que se nos iría de las manos… Yo reprimía esa vocecita interior: “el mundo se va al carajo” y me decía a mí misma:” No seas ególatra, seguro que le quedan cien doscientos años, a saber cuanto, para que esto estalle, no tiene porqué ser tu generación la que vea el fin del mundo. “ ”No seas conspiranoica. “
Y aquí estamos.