¡Bastian!
Fantasía se muere.
¡Se muere, Bastian!
¿No me oyes?
Fantasía se muere y yo con ella.
La nada avanza a velocidad vertiginosa devorando
aquello que una vez fue mi inabarcable, inconmensurable reino.
Ya casi no existimos.
La torre de marfil es poco más que escombros,
solo resistimos como podemos
el maltrecho capullo de magnolia y yo;
es más ¡tengo miedo, Bastian!
Las níveas paredes caen en cascotes de marmóreo cuarzo
y yo en su centro fallezco
poco a poco
en mi desesperación.
Solo Fujur con su broncineo canto alivia mi soledad.
Se que estás ahí
pero ya no sé cómo llegar hasta ti,
he hecho todo lo que he podido.
Atrape mi esencia en textos,
te ofrecí mi Auryn
pero ya no crees y no me sueñas.
Necesito un nuevo nombre, Bastian,
necesito un soñador, o pereceremos ambas,
Fantasía y yo.
Sigo gritándole al vacío
pero nadie me lee.
Te suplico un último favor,
en nombre de las mil aventuras que vivimos.
Deposita mi tomo en algún lugar
seguro y secreto
para que el próximo soñador
me encuentre,
a su tiempo,
así por casualidad.
Quizá algún día alguien me vuelva a soñar.
Ojalá no olvides Fantasía,
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