miércoles, 23 de noviembre de 2016

Odio II (reconstrucción)

Que escalofrío,
que vacío,
que frío,
dios mio,
al mirarme dentro:
que abismo.

Que odio exacerbado,
reprimido,
contenido,
apresado,
queriendo saltar a los folios,
que agobio.

Que contundente,
que cantidad de ideas saturan mi mente:
soy omnipresente,
semiconsciente,
un ente
siempre incoherente
a la situación presente

Que locura,
que despropósito,
el soñar año tras otro
que encontraré algo o a otro
que frunza mis rotos.

Que espacio tan enorme,
gigante,gargantuesco,
tan desmedidamente sediento
se esconde en los rincones de mi alma
que yo ni sabia que tuviera
y ahora exige ser colmada

Que ruindad,
que traición,
que mezquindad
de mi hacia mi
el esconderme así
las heridas de mi corazón;
pues es difícil entregar sin condiciones
algo que no esta en condiciones.

Que insolente, repelente,
subyacente, contraproducente,
asfixiante, ineludible:
esta rabia visceral
casi audible
contra mi doble moral
que acabara por destrozarme.

Que ruido de fondo,
fuerte y sordo,
como escuchar bombarderos desde un pozo,
como oír a oscuras un gruñido hosco
que sube de nivel ininterrumpidamente
y que solo puede acabar en fines
turbios y foscos
mientras intento mantenerme en esta pelea
de malajes,patanes y toscos.

"¡Que la maten, la lapiden,
lo que sean pero que no chille!
¡Por favor, que la degüellen, la asesinen
-entre el publico se pide-
estrangúlenla pero que no grite!"

Pero es que no puedo parar
esto es brutal,
entendedme, dejadme explicar
me siento un subproducto de una sociedad
en la que ya no creo:
corporativa,
psicópata,
egocéntrica
que produce autómatas.
.
Pensar me produce soledad.
En el reglado mundo de la bruma
todo está medido,
todo está estipulado.
Yo que no lo tengo claro
he sentido demasiado,
demasiadas cosas,
demasiado tiempo
y demasiado sola
como para no cuestionarme
tanta norma.

Tanto protocolo y etiqueta.
Tanta posición políticamente correcta,
me agobia
y solo me produce odio:
increíble,
inimaginable,
inaguantable,
intolerable,
insufrible,
inacabable,
incomible,
insaciable,
ingobernable,
indiscriminado,
insalvable,
inenarrable,
inconmensurable,
infinito
y retroalimentable.

Un bucle del que no se salir:
Me convierto en una centella
de lava fundente,
me eclipso,
me escondo
para que nadie pueda verme.

Pues en estos momentos
de creer en supuestos
de magia y transmutación
probablemente
me volvería metal ardiente
hasta el punto de ignición
para prender con un solo toque
todo mi alrededor.

 Esos momentos
que el mundo es un erial asolado,
brumoso y despiadado,
cuadriculado
y poblado por seres sin corazón.

Momentos que siento
que se perdió la verdad,
la belleza,
la razón.
Alejaos pues ya no me entristezco:
solo un sentimiento
tiene cabida en mi,
solo un sentir
se extiende por mi alma
entrelazando sus negros zarcillos
por mi ser.

Un estado para el que tuvimos
que escribir una palabra que definiera
esa sensación de antiamor,
ese recncor incombustible,
ese dolor temible,
esa rabia generalizada e indiferente,
total,
completo,
absoluto,
y pleno
odio.

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